top of page
grounding.jpg

Sobre la terapia Integral

Somos seres psicosociales donde repetimos conductas aprendidas y programadas en nuestra niñez que nos condicionan a ver el mundo a través de determinados cristales perceptivos. 

En las sesiones nos enfocamos en encontrar las vivencias traumáticas, momentos que impactaron en nuestro sistema con una intensidad determinada, dejando una herida y una memoria celular, que desequilibra nuestro sistema.

Al comenzar a bucear en las profundidades del ser, nos enfocamos en esas experiencias dolorosas, que cuesta recordar, por bloqueos de emociones reprimidas, propias de una amnesia de protección. Eventos que vivenciamos de forma inesperada, donde no pudimos protegernos. Personas de nuestro entorno cercano, o extraños que invadieron nuestra vulnerabilidad.

Crecer en este mundo implica aprender los códigos de un mundo conflictivo, que constante mente quiere robarnos nuestra felicidad, nuestra espontaneidad. Sistemas de control que quieren hacernos predecibles y obedientes, por eso, el objetivo de la terapia es recuperar esa libertad perdida.

En el proceso terapéutico empezamos a relacionar experiencias de frustración, de engaños, de agresiones encubiertas o directas que vimos venir de frente, pero que con impotencia no pudimos hacer nada para poner un límite y alejar esa amenaza. 

Una vez que identificamos algunas escenas de un alto nivel de stress que no pudieron ser digeridas, procesadas, ni eliminadas de nuestro sensaciones y pensamientos, empezaremos a elaborar estrategias de percepción y acción para salir de inhibiciones cognitivas y conductuales.

Un trabajo que implica encontrar nuevas vías neuronales de procesamiento de la información, que automáticamente nos sitúan en un espacio y tiempo diferente al que veníamos percibiendo como nuestra única realidad.

Para eso necesitamos entender la trama relacional en la que estamos inmersos, los pactos y promesas que hemos asumido, por distintos motivos de pertenencia y supervivencia.

Lo que antes nos permitió seguir adelante, hoy quizás ya no nos sirve, necesitando actualizar nuestros mecanismos de defensa, hacerlos más flexibles, más adecuados a nuestra edad y compromisos actuales.

Es solo un error de actualización que se realiza en el centro de actualización psíquico, que implica las sesiones de terapia. Una actualización del software que automáticamente implica una recalibración de nuestro hardware biológico plasmático y pulsante. Por eso la bioenergética busca restablecer ese pulso natural que nos hace únicos esa espontaneidad que nos hace creativos he impredecibles.

Dejar de responder a intereses adquiridos a deudas familiares, religiosas o grupales que solo nos condicionan a patrones disfuncionales.

Una tarea que requiere sacar capas tras capas de estructuras, que nos hacen funcionar de formas predecibles y repetitivas. Para ello el terapeuta te muestra como interrumpiremos el patrón, como engañar a espiral de repetición que busca conservar su iteración inalterable.

Una homeostasis que necesitamos alterar a voluntad, ser los artífices de nuestro diseño de vida, siendo merecedores del don de la libre elección, entre responsabilidades ineludibles. Nos correremos de la secuencia que nunca se altera y observamos de afuera por unos instantes, tomamos una perspectiva dinámica.

Dinámica que no puede describirse con palabras, solo por la experiencia, solo por la entrega sincera de quien realmente está dispuesto a buscar conciliar entre las partes en disputa, para permitir que suceda algo diferente a lo conocido.

Si te consideras de esas personas que está dispuesta a entregar algo de sus comodidades, valorando la constancia y compromiso personal, esta terapia es para vos.

bottom of page